La tecnología está cada día más presente en nuestras vidas. A menudo, lo que antes nos parecía algo sacado de una película de ciencia ficción, hoy lo encontramos completamente integrado en lo cotidiano. Este es el caso del control de accesos biométrico: un sistema que, sin duda, hace tan sólo unos años nos resultaba inalcanzable y que, hoy en día, cuenta con una presencia indiscutible en el mundo de la seguridad.

Un sistema de control de accesos biométrico puede suponer una solución perfecta para empresas o edificios que buscan extremar su seguridad a la vez que mantener un control de quien accede a las instalaciones. Pero, ¿sabemos en qué consiste este sistema? ¿Conocemos realmente las funciones por las que puede sernos de más utilidad?

¿Qué es un control de accesos biométrico?

La biometría es un sistema de tecnología de identificación que utiliza patrones de rasgos humanos intransferibles. Es decir, es un proceso por el cual una máquina puede leer tus rasgos y determinar quién eres. Para ello, se utiliza un sistema de escáner que almacena datos únicos e irrepetibles en cada ser humano como tu huella dactilar, tu iris o incluso tus rasgos faciales.

Así pues, un sistema de control de accesos biométrico consiste en una barrera que sólo será abierta si el sistema de identificación integrado en ella reconoce alguno de tus rasgos únicos que ha registrado previamente. Esto permite restringir el acceso a determinadas zonas y, además, contar con un registro completo sobre quién ha accedido y en qué momento.

¿Qué ventajas tiene contar con un control de accesos biométrico?

Como ya hemos dicho, un sistema de control de accesos biométrico es una tecnología que aumenta con creces la seguridad en aquellos espacios donde deciden utilizarlo. Por tanto, esto presenta numerosas ventajas que pueden traducirse en beneficios para el lugar donde se utiliza:

  • Mayor seguridad en los accesos. Es una característica obvia en este tipo de sistemas, ya que gracias a ellos podemos tener el control de quién puede y quién no puede acceder al edificio o a la zona restringida.
  • Imposibilidad de suplantación. A diferencia de los controles de acceso que funcionan mediante contacto magnético, las características por las cuales funciona un control de accesos biométrico, como ya hemos comentado, son intransferibles. Por este motivo, se tiene la certeza de que la persona que accede es realmente quien dice ser, sin que exista la posibilidad de que su modo de acceso le haya sido sustraído o duplicado.
  • Control de presencia. En el caso de empresas, contar con este sistema supone un plus para controlar quién de sus empleados se encuentra presente en el edificio. Además, pueden conocer también las horas de entrada y salida, así como los intentos de acceso fallidos o los permisos de acceso temporales para clientes y proveedores.

En definitiva, el hecho de que la tecnología avance nos beneficia de forma muy positiva a la hora de poder contar con elementos como este que hoy en día están al alcance de todos. Aunque esto también abre el debate sobre los datos personales que compartimos, tenemos que sopesar cuánta información estamos dispuestos a proporcionar a cambio de aumentar nuestra seguridad. En ese caso, todos salimos ganando.