Hablar de robos no suele ser algo agradable, ya que cuando terminas siendo víctima de uno te ves inmerso en una situación de la que nadie querría ser partícipe. Sin embargo, a lo largo de la historia se han cometido robos por personas que, sin duda, no están demasiado capacitadas para esta tarea.

Este tipo de robos nos han dejado un puñado de historias graciosas que, afortunadamente, han contado con un final feliz para sus víctimas gracias a los despistes de los ladrones. Hemos recopilado una lista con algunos de los mejores y más ridículos para que no dejes de reír ni un solo instante.

Fue a robar a un banco… un subrayador verde.

Este robo resulta bastante ridículo no tanto por el modus operandi, sino por el objeto robado en sí. Las cámaras de seguridad del banco muestran cómo una mujer se acerca a una mesa sobre la que hay un subrayador verde y, disimuladamente, introduce en objeto en su bolso. Lo más curioso es ver todas las molestias que se toma para conseguir algo tan insignificante. ¡No tiene desperdicio!

El cazador cazado.

En esta ocasión, las cámaras de seguridad de un callejón muestran como un hombre se baja de su moto y le roba el bolso a una mujer. No pasaría de ser un robo común más de no ser por al torpeza del ladrón: éste se deja las llaves puestas en su motocicleta y la mujer, lejos de perseguirlo, decide montarse en ella y llevársela. Es entonces cuando se cambian los tornos y el ladrón comienza a perseguir a la mujer.

Arrestado en sus sueños.

Esta historia es, cuanto menos, surrealista. Imagínate que entras a robar a una casa y te encuentras con un sofá tan cómodo que no puedes resistirte a echar una pequeña siesta. Esto es exactamente lo que le pasó a este ladrón en Granada, al que las inquilinas de la vivienda sorprendieron dormido en su sofá. Está claro que los cargos no le preocupaban demasiado, ya que se le acabaron atribuyendo varios robos más en el vecindario.

Si no lo enseñas, no lo has hecho.

Esta parece ser la máxima en Facebook: si no cuentas en tu perfil lo que has hecho y nadie lo ve, es como si no lo hubieras hecho. Esto debió pensar este joven mexicano que fue detenido como autor de un robo a una joyería tras subir a su perfil de Facebook fotos de todo el botín que había recolectado en ella. La pregunta es, ¿le mereció la pena?

Pero antes, miraré mi Facebook.

Algo parecido al anterior caso le pasó a este individuo que entró a robar a una vivienda en Minnesota. El joven se llevó consigo varios objetos de valor y algo de dinero. Quizás no habría sido descubierto de no ser porque decidió revisar su perfil de Facebook antes de salir de la casa en la que había cometido el robo y se lo dejó abierto. El propietario lo reconoció por la calle al instante y fue arrestado por las autoridades.

¡Mira, una Tablet nueva!

El caso de este hombre tiene también que ver con las nuevas tecnologías. Entró a robar a una vivienda en Córdoba y se llevó una Tablet. El hombre fue arrestado ese mismo día gracias a que comenzó a usar la Tablet que había robado, que estaba sincronizada con el resto de dispositivos de la víctima, dejando así todos sus datos al descubierto.